Al concluir el curso escolar de 1970, la carrera magisterial cerró sus puertas en Bluefields y se traslado a Waspan con todo el equipo de dirección y otros recursos humanos y materiales. Esto significó que por un lapso de tiempo (de los años 1971-1979) no hubo estudio de magisterio en Bluefields. No obstante a raíz del triunfo de la Revolución Popular Sandinista se reanudan los estudios de magisterio por iniciativa y esfuerzo de un grupo de maestros y se logra la creación de la escuela Normal 8 de Octubre, que inicia sus labores en 1980, en el colegio madre del Divino Pastor. Desde ese entonces, y por falta de un local, es ubicada en varios centros educativos y otros edificios como el Instituto Cristóbal Colon, Escuela el Hogar, Escuela Nelly Ríos, escuela Dinamarca, el Colectivo Neysi Rios, etc.
El gobierno regional de la RAAS acondicionó un local en el barrio Pancasán, pero a partir de 1996 se inician las gestiones para la construcción de un edificio propio para la escuela Normal, la cual fue inaugurada en 1998 por el príncipe del Gran ducado de Luxemburgo.
Los programas de la escuela Normal, desde su creación hasta el año 2002, tenían un enfoque monolingüe, los que no tomaban en cuenta la diversidad étnica, cultural y lingüística que caracteriza a los pueblos indígenas y comunidades étnicas de la Costa Caribe Nicaragüense, situación que resultaba difícil para los estudiantes porque no lograban apropiarse de los aprendizajes requeridos para alcanzar dicha finalidad educativa; como es el desarrollo de capacidades, hábitos, habilidades y destrezas requeridas para el ejercicio de la Practica Docente y su contribución al desarrollo cultural, personal y social en que se desenvuelven.
Es así que se inicia el proceso de Transformación Curricular de la escuela Normal con el objetivo de formar maestros y maestras en Educación Primaria Intercultural Bilingüe, como estrategia para fortalecer el Programa Educativo Bilingüe Intercultural PEBI, que a pesar de ser un programa regional, creado desde 1984 para atender la educación en las lenguas creole, miskitu y mayagnas en el nivel primario, estaba siendo atendido por maestras y maestros de formación monolingüe, lo cual dificultaba el proceso de comunicación maestro-alumno, con negativas repercusiones en los aprendizajes de los niños y las niñas y en la calidad de la educación en nuestra región.
